Hola equipo de One Kind,
Valentina sabe estar. No use maquillaje exagerado, ni exceso de joyas ni uñas de fantasía. Viste con desenfado, arregladita, elegante. Me hace sentir como si fuera acompañado por alguien cercano, como una compañera de trabajo o una amiga de la familia. Con menos ropa sabe lucir complementos seductores. Entonces coquetea, mira, seduce. Es como esa fruta que entrega lo mejor al abrirla…
Valentina me acompaña. La elección de la comida, de la copa, la elección del espacio donde sentarnos o la dirección hacia la que dirigirnos al pasear son muy fáciles a su lado. Mucho.
Valentina sabe escuchar. Mantiene los ojos muy abiertos y sonríe mientras hablamos. A veces alargo más de lo que toca y ahí sigue, incansable.
Valentina sabe besar. Mantiene los ojos suavemente cerrados y sonríe mientras nos besamos. A veces alargo más de lo que toca, y ahí sigue, también incansable. Parece disfrutar cada beso como si fuera el primero.
Valentina juega, y en la intimidad intuye hasta dónde quiero llegar… luego afloja un poco, luego sigue, afloja de nuevo… veo que le gusta caminar en esa senda que discurre entre el erotismo atrevido y la sexualidad más descarnada, pero sin llegar a ser vulgar. Y parece que disfruta mientras piensa si me deja atrás o si va por delante…
¿Dónde estará su límite? ¿Sabes dónde está el mío? Me está haciendo sentir el deseo de conocerla más. Está llevándome muy hacia arriba (y eso que vengo de una situación difícil…). ¡Veo que aún tenemos mucho camino por delante!
Hay muchas cosas que no compartimos. Nos separan los años, y nos separan unas vidas con experiencias muy diferentes. Aún así Valentina parece muy dispuesta a compartir, a complementar. Creo que quiere aprender de mí lo que yo pueda enseñarle, ya su vez ella puede enseñarme a mí mucho de su energía, de su actitud, de su alegría.
Valentina, en resumen, pone una gran profesionalidad en su trabajo y ha conseguido darme exactamente lo que yo esperaba de una acompañante.
J.
